Parece un gran acuerdo, pero el recorte conjunto a la producción de los miembros y no miembros de la OPEP —el primero en 15 años— podría impulsar los precios del crudo menos de lo que esperan esas naciones.
Cotizándose arriba de $50 por barril, los precios del petróleo permanecieron este lunes bastante por encima de los estándares recientes, en un reflejo de los recortes a la producción acordados este fin de semana.
Menos de dos semanas después de que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo acordaron recortar 1,2 millones de barriles diarios de su producción, a éstos se unieron decenas de países no pertenecientes al cártel que se comprometieron con un recorte adicional diario de 558.000 barriles.
El lunes, el precio del petróleo estadounidense de referencia subió $1,33, el 2,6%, a $52,83 por barril en el mercado de materias primas de Nueva York. El precio del crudo Brent del Mar del Norte cerró en Londres con una ganancia de $1,36, el 2,5%, a $55,69 por barril.
El recorte de la OPEP por sí solo hubiera sido notable al tratarse de la primera vez en ocho años que el grupo fue capaz de ponerse de acuerdo en tal medida. Eso, así como la reducción adicional por parte de otras 11 naciones, y la promesa de Arabia Saudí de reducir su producción aún más de ser necesario han dejado impresionados incluso a los analistas más inflexibles.
Jason Schenker, de Prestige Economics, calificó la decisión de la OPEP como un acuerdo histórico, y hay pocas dudas de que en el corto plazo el recorte combinado dará como resultado un petróleo un tanto más caro y, por extensión, la gasolina, el combustible para calefacción y la electricidad.
Pero la tendencia alcista podría agotarse pronto, lo que dejaría los precios muy por debajo de sus niveles más altos de alrededor de $100 por barril registrados por última vez hace dos años.
El presidente electo estadounidense Donald Trump ha prometido permitir más perforaciones petrolíferas en Estados Unidos, lo que incrementaría el suministro global.
Una mayor cantidad de petróleo de esquisto estadounidense, el cual era poco lucrativo producir con los precios bajos de alrededor de $35 por barril registrados a
principios de este año, podría volverse viable nuevamente, y ello incrementaría más el suministro.
Además no se espera que la demanda aumente fuertemente, ya que la economía mundial está teniendo problemas. La de China, con su masivo sector manufacturero hambriento de energía, está desacelerándose, y la de Europa, una importadora neta de petróleo y gas, está estancada.
El que de verdad se lleve a cabo es también otro asunto.
Los intentos previos de la OPEP para reducir la producción de crudo y empujar los precios hacia arriba fracasaron debido a que algunos de sus miembros estuvieron extrayendo más petróleo del que se suponía debían sacar. Eso contribuyó al exceso en el suministro mundial, que se combinó con que los países consumidores tenían economías débiles para hacer descender los precios hasta $35 por barril al principio del año.
Y fuera de la OPEP, algunos de los recortes prometidos serán difíciles de verificar, lo que no deja otra opción que creer en la palabra de la nación involucrada de que está cumpliendo con su compromiso.