Dundalk.- La frontera terrestre entre el Reino Unido e Irlanda se extiende a lo largo de 500 kilómetros, una zona cuyos habitantes viven pendientes de las fluctuaciones de la libra esterlina, y del recuerdo del violento pasado.
Si el brexit que eligieron los británicos se materializa, esos días díficiles pueden volver, temen algunos residentes.
Desde 1993, cuando se abolieron los controles aduaneros, el comercio floreció a ambos lados de la línea fronteriza.
En Dundalk, del lado irlandés de la frontera, Paul McDonagh, de 37 años está de compras, y teme que si vuelven los controles, volverá también el contrabando.
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"Nos vamos a encontrar haciendo contrabando de mantequilla de nuevo" advierte.
Unas 4.500 personas cruzan la frontera entre Dundalk y Newry, su ciudad gemela en el Úlster, para trabajar a diario, según estimaciones locales.
"¿Se puede imaginar los problemas que causaría si se hallaran atrapados detrás de una barrera fronteriza?" explicó Paddy Malone, un contable en Dundalk.
Efecto inmediato
La devaluación de la libra esterlina desde el pasado viernes, hasta un 10% respecto al euro, ya ha tenido una consecuencia inmediata: los irlandeses cruzan la frontera para comprar más barato del lado norilandés.
"La incertidumbre siempre es mala para los negocios y las ciudades al sur de la frontera se van a resentir si la libra sigue cayendo" explica Shane McArdle, de 19 años, habitante de Dundalk.
Del otro lado de la frontera se benefician, por el momento. "Había más gente de lo normal pagando con euros" explicó Jamie McAteer, un estudiante de 18 años que trabaja a tiempo parcial en una tienda de Newry.
Muchos residentes se acuerdan de la situación hace pocos años, cuando el euro subió fuertemente ante la libra y Dundalk se convirtió en una ciudad fantasma.
La tasa de cambio entre las dos monedas puede representar la diferencia entre el éxito y el fracaso para un negocio.
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Jenny Browne, de 36 años, vendedor del joyero Jewellers en Dundalk, explica: "si estuviéramos un poco más lejos de la frontera nos ayudaría un montón".
Pero las cosas podrían torcerse rápidamente si vuelve la frontera como era en los años 1970 y 1980, con controles policiales. Algunos expertos explican que el cambio sería tan traumático que Irlanda del Norte podría pedir la reunificación con el sur.
El líder unionista Ian Paisley Jr., hijo del feroz líder probritánico durante los peores años del conflicto del Úlster, dio un sorprendente consejo el domingo.
"Mi consejo es que, si tienes derecho a un segundo pasaporte, lo consigas", dijo Paisley, diputado unionista en Londres.
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McAteer, residente en Newry, es un ejemplo de esa incertidumbre.
McAteer votó por la permanencia en la UE, y ahora contempla la posibilidad de pedir un pasaporte irlandés.
"Me gustaría estudiar español, pero no sé si voy a conseguir beneficiarme del programa de intercambio universitario Erasmus si dejo de ser un ciudadano de la UE", explicó McAteer.