Un 57,8% de las personas que asisten a las universidades estatales del país proceden de hogares pertenecientes a los dos quintiles de ingreso más altos del país.
Los dos grupos de estudiantes más numerosos de las universidades públicas son también los más adinerados. Casi un tercio (30,6%) de los alumnos de estos centros educativos públicos vienen del quintil de ingresos más alto (con ingresos promedio mensuales de ¢2.602.095.) Otra proporción similar de esos estudiantes (27,%) proceden del cuarto quintil, es decir, de hogares con ingresos promedio ¢1.139.380.
Así se desprende de una reciente revisión de la Academia de Centroamérica a los costos y la producción de la educación universitaria estatal del país.
Inequidades para estudiar
La investigación desarrollada por los economistas Miguel Loría y Josué Martínez subraya la inequidad en el acceso a la educación superior.
Según la estimación de los economistas (a partir de la Encuesta Nacional de Hogares del INEC) solo un 7,2% de estos estudiantes forman parte de los hogares del quintil más pobre del país (con ingresos promedio de ¢201.563). El resultado concuerda con otros estudios que han reportado el fenómeno desde el último quinquenio.
De hecho, la revisión de los economistas estima que el perfil de ingresos más altos tuvo una probabilidad bruta cuatro veces mayor a la del quintil más pobre en el útimo cuatrienio.
La investigación también alerta que esas estimaciones se han mantenido relativamente constantes entre el 2012 y el 2016. Aunque la proporción de estudiantes que asisten a estas universidades ha aumentado levemente para el segundo y tercer quintil, la participación de estudiantes del quintil más pobre es ahora –incluso– levemente inferior a la del 2012.
Los resultados, sin embargo, no indican –necesariamente– una responsabilidad exclusiva del sistema de educación superior en las inequidades. Las instituciones suelen enfrentarse a factores como el fracaso en la educación secundaria que suelen estar fuera de su control y en donde los grupos económicos más pobres suelen tener menos éxito.
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