La calidad de la educación de un país está asociada directamente con la calidad de sus profesores.
Eugenia Valverde tiene un hijo cursando quinto año de escuela y lo único que sabe de la profesora que le imparte las lecciones a Marco es que tiene una licenciatura, y que la obtuvo en una universidad privada. Ella considera que la teacher es excelente.
Pese a la percepción positiva en este ejemplo puntual, el quinto informe sobre el Estado de la Educación pone en evidencia las tareas pendientes por parte de dos de los actores más importantes en el sistema educativo nacional: Ministerio de Educación Pública (MEP) y sus docentes.
Por un lado, se plantea la necesidad de revisar la escala de incentivos, lejanos a su desempeño profesional, que se le otorga a los profesores. Por otro, se hace un llamado a que más docentes estén abiertos a la constante capacitación e impartan nuevos y mejores conocimiento en las aulas.
Planes desactualizados
El informe señala que la formación continua e inicial de los docentes es un desafío latente en el país.
Por ejemplo, solo a nivel de preescolar, uno de los hallazgos de la investigación es que desde hace más de una década, la mayoría de las carreras en esa rama no actualizan sus planes de estudio.
En el caso de los centros universitarios privados, en seis de 10 universidades privadas, las últimas actualizaciones de los planes de estudio se registraron ante el Concejo Nacional de Educación Superior (Conesup) entre 1999 y 2005.
Además, ninguno de los programas alcanzó el 10% de actividades de formación, sean prácticas o experiencias profesionales.
Al 2013, el 98,4% de las personas contratadas para desempeñar la enseñanza en preescolar tenían un título universitario.
“Es claro que obtener un título no necesariamente es sinónimo de calidad. El Ministerio de Educación no cuenta con un parámetro de medición para seleccionar a los mejores”, manifestó Isabel Román, socióloga y coordinadora de investigación del Programa Estado de la Nación.
Calidad en suspenso
Si se parte del hecho de que las características de los docentes es uno de los tres principales factores asociados al rendimiento estudiantil en los colegios del país, el tema toma más relevancia.
Los datos revelaron que a mayor porcentaje de docentes graduados de universidades públicas, mayor es la probabilidad de que el colegio alcance la categoría de sobresaliente.
Sin embargo, la mayoría de profesores titulados provienen de una universidad privada. En 2013, los diplomas del sector privado representaron el 71,6%.
Aunque pesan en la formación de docentes, solo dos de las 19 carreras de educación acreditadas en el país al 2014 pertenecían a universidades privadas.
“ Debemos elevar la calidad de la formación universitaria, los profesores se siguen preparando pero sin lograr una homogeneidad en su aprendizaje. Con la reforma a la ley del Conesup se pretende que la acreditación de las carreras de educación se vuelva obligatoria, por ejemplo”, señaló Sonia Marta Mora, ministra de Educación.
El tipo de colegio y el horario son otras de las características que aumentan las desigualdades y afectan el rendimiento de los estudiantes.
Formación continua
No solo el alma máter del docente impacta en el desempeño de los estudiantes.
La actualización profesional también es clave y es un área donde hay deudas.
En 2014, solo un 50% de la fuerza docente dijo haber participado de una de las actividades de desarrollo profesional y quienes lo hicieron fue por convocatoria de un superior.
El Ministerio de Educación asegura estar trabajando en la formulación de una nueva política de desarrollo profesional. Todavía se desconoce cuándo podría ver la luz.
“Necesitamos una política de formación profesional robusta. Una que esté articulada con los programas de estudio y que permita potenciar habilidades”, agregó Román.
Un ejemplo de la necesidad de fortalecer estos programas es la puesta en marcha de nuevos programas de estudios.
El MEP estima que en el corto plazo contará con nuevos programas en las materia de ciencias, inglés y francés.
“La política de capacitación se está transformando. Se busca aprovechar las tecnologías de la información y hacer capacitaciones bimodales, con sesiones presenciales y con fuertes componente por medios virtuales”, mencionó la ministra.
Incentivos se mantienen
El informe del Estado de la Educación también lanza una crítica clara sobre la estructura de recargos e incentivos salariales de los funcionarios del MEP.
Estos no dependen de resultados y su esquema debe ser sometido a revisión.
De un total de ¢708.391 millones pagados en salarios por el Ministerio en 2013, un 41,3% se destinó al pago de recargos e incentivos.
El pago extra por zona de menor desarrollo es uno de ellos. En ese rubro, tal criterio se asigna y se paga a educadores de centros educativos ubicados en una misma zona y que atienden a poblaciones con características completamente distintas.
“Hay que dar un giro en ese sentido y lo sabemos”, concluyó la ministra.