El parque Francia es uno de los espacios elegidos por Mariano Castro para trabajar.
Vende café en una bicicleta modificada para ese fin. Lleva por nombre la Bici-Bartería.
Castro paga su propio seguro social, pero su empresa no está constituida como tal ante el Registro Nacional.
Para el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ese es un caso de empleo de tipo informal.
Para el primer trimestre del 2016, unas 825.000 personas en el territorio nacional se encontraban trabajando en esa condición.
Se trata del 41% de la población ocupada en Costa Rica. Un porcentaje de peso y con características poco alentadoras.
Datos revelados en la Encuesta Continua de Empleo (ECE) para los primeros tres meses del año, revelan que la informalidad tiene rostro de adulto, con una mayoría de sus trabajadores, casi el 30%, en edades entre los 45 y 59 años de edad.
Además, con rangos de ingreso que no superan el salario mínimo, lo que se liga directamente a niveles educativos que, mayoritariamente, alcanzan la primaria completa (34%).
Por sí solos, los datos parecen tan alarmantes como desalentadores, pero lo son aún más si se comparan con los de una población trabajadora inserta en la formalidad.
Para el mismo periodo en análisis, Costa Rica reportó más de 1.160.000 personas en esa condición.
En contraposición, hablamos de que la población ocupada con empleo formal registra a la mayoría de sus trabajadores en edades de los 25 a los 34 años, es decir, con una mayor proyección para producir.
Al mismo tiempo, se trata de una población remunerada con mínimo entre uno y dos salarios base. Así, como de universitarios con título, en el 27% de los casos.
Qué explica las diferencias
Pese a que el porcentaje de personas ocupadas con empleo informal registró una baja de 3,9 puntos porcentuales para el primer trimestre, en comparación con el mismo periodo de un año antes, la variación no alcanza para acortar la brecha.
No cumplir con los niveles mínimos exigidos por el mercado laboral y las pocas oportunidades de formación o reentrenamiento explican, en parte, el gran número de personas en condiciones de informalidad.
Aunado a ello, se suma el reto del país de alinear la oferta académica nacional con las necesidades de talento de las empresas.La décima Encuesta Anual de Escasez de Talento, realizada por la consultora internacional Manpower, detalló que un 47% de los empleadores costarricenses encontró alguna dificultad para realizar contrataciones por la falta de aplicantes con las habilidades necesarias para el puesto.
“El empleo informal se debe atacar con un cambio en el perfil de la fuerza laboral por medio de mejoras en los programas del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), que debe encargarse de reentrenar a aquellos trabajadores técnicos con afanes de superación”, mencionó Jorge Vargas Cullel, director a. í. del Programa Estado de la Nación, en anteriores conversaciones con EF.
La falta de vigor en la creación de nuevos puestos laborales formales en el país, se suma a las causas.
Datos del propio INEC subrayan que para el primer trimestre del 2016, la población ocupada era 1.992.741 personas, lo que significa una baja de 34.777 personas en comparación con el mismo periodo de un año antes.
Así, la tasa de desempleo se mantiene casi invariable y oscila entre el 9% y 10%.
“La falta de flexibilidad asociada a los empleos formales y el escaso valor atribuido a los servicios ofrecidos por el Estado hace que algunos trabajadores opten por la informalidad”, explicó Julián Messina, economista del Banco Mundial (BM), en un informe de la entidad.
Sus consecuencias
El artículo “La mitad de los trabajadores de América Latina tienen un empleo informal”, del BM, asegura que mantener población en la informalidad laboral implica desde una menor recaudación de impuestos hasta un freno para la productividad de los países.
“Un grueso de estos trabajadores no contribuyen a un sistema de pensiones. La informalidad supone un freno para las economías latinoamericanas, cuya productividad se ve afectada por el fenómeno”, cita el documento.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la mayor atención al tema de la informalidad parte de la constatación de que la magnitud del problema representa una competencia desleal para las empresas.
Al mismo tiempo, enfatiza que se convierte en un espacio donde se producen frecuentes violaciones a los principios y derechos fundamentales de las personas trabajadoras.
Cómo atacarlaCrear condiciones para que las empresas innoven se vuelve entonces un reto.
La rama de actividad con mayor tasa de informalidad es el sector servicios, con actividades como el comercio, el transporte, alojamiento y servicios de comida.
“Se debe mejorar el acceso al financiamiento para la innovación y políticas explícitas para apalancar el emprendedurismo. El empleo debería ser el puente entre la política social y la económica”, añadió Vargas Cullel.
Por otra parte, aprovechar la iniciativa de nuevos emprendimientos pero diseñando incentivos hacia la formalización continúa en la lista de pendientes.
Crear mecanismos diferenciados asociados a la tributación, es uno de ellos.
En este punto, la Cámara de Comercio de Costa Rica asegura que trabaja en la elaboración de un proyecto que pretende incentivos económicos para las mipymes. Este se encuentra en consulta y espera ser presentado en la Asamblea Legislativa.
“La carga tributaria a las empresas en Costa Rica es superior al promedio de América Latina y superior a empresas de la OCDE. Tenemos que dar el paso hacia una verdadera mejora regulatoria y simplificación de trámites”, comentó Alonso Elizondo, director ejecutivo de la Cámara.
Al mismo tiempo, en el Ministerio de Trabajo (MTSS) trabajan en planear una iniciativa tripartita, que sería lanzada en las próximas semanas, para agilizar los procesos de transición a la formalidad.
Carlos Alvarado, ministro de esa cartera, agregó que también los esfuerzos de la institución se han enfocado en la inspección laboral, donde se exige a los patrones detalles de aseguramiento de sus empleados, entre otros lineamientos.
En la región, países como Perú aprobaron desde 2014 un plan nacional de diversificación productiva con una meta de reducción de la informalidad de 10 puntos porcentuales a 2021 y 20 puntos porcentuales a 2030.
Mientras, Mariano sigue conquistando paladares y apostando por hacer crecer su negocio.
¿Informal?
Sin seguro social: El trabajador informal carece de seguridad social financiada por su empleador.
Sin salario: Lo constituye aquel trabajador que solo recibe pago en especie o al que le pagan una única vez, quien, por la naturaleza de su contratación, se considera que no es susceptible de rebajos del seguro social.
Sin ningún pago: También es un empleado informal aquel que ocupa un puesto de ayudante sin remuneración alguna.
Por cuenta propia: Los trabajadores y empleadores por cuenta propia que tienen empresas no constituidas en sociedad, es decir, inscritas ante el Registro Nacional, y que no llevan una contabilidad formal periódica también son trabajadores informales.
Empleo temporal: Los trabajos ocasionales de menos de un mes también son empleo informal.
Fuente INEC.