El domingo pasado, el líder de Liberación Nacional (PLN) José María Figueres mostró gustoso su sonrisa blanca y su camisa verde en televisoras y radios del país para denominar al suyo como el partido vencedor en las elecciones municipales.
¿Realmente lo fue?
Liberación sigue siendo el partido con mayor cantidad de alcaldes electos, pero perdió 11 municipios con respecto a la elección anterior.
Fue, de lejos, el partido que aglutinó la mayor cantidad de votos emitidos ese domingo, pero también en el análisis histórico su caudal político se erosiona.
Entre el 2010 y el 2016, el apoyo que antes concentraba el partido como porcentaje de los votos en cada municipio se redujo en un 75% de los cantones del país.
Quiere decir que la proporción de ciudadanos que antes le daba su voto al PLN se ha ido diluyendo entre la ebullición de otras agrupaciones políticas y el aumento gradual de la participación en los comicios municipales.
Como mínimo, la agrupación perdió un punto porcentual en las localidades en las que se redujo la proporción de sus votos y, como máximo, 39 puntos. En promedio, en esos 61 municipios, el porcentaje de apoyo cayó en 15 puntos.
Ese comportamiento consolida lo que viene ocurriendo en el partido desde los comicios municipales del 2006, según un análisis evolutivo de EF que mide el apoyo a los partidos desde la primera vez que se eligieron alcaldes por voto popular, en el 2002.
Los resultados del 2016 fueron proporcionados por el Tribunal Supremo de Elecciones con un 93% de las mesas escrutadas.
Crecer en pequeño
En los restantes 20 cantones en los que Liberación Nacional sí logró concentrar más votos en el 2016 que en el 2010, aumentó en 9 puntos, en promedio.
Esos cantones, en los que sí aumentó su apoyo, en realidad son pequeños en términos poblacionales, así que aportarían poco al caudal electoral.
San Mateo, Dota y León Cortés son tres de los cantones en los que más aumentó la proporción de votantes del PLN pero en números absolutos aportan poco pues se encuentran entre los cuatro cantones más pequeños en cantidad de votantes efectivos (quienes sí salieron a votar).
Las causasLos últimos cuatro periodos vieron el apoyo de los liberacionistas difuminarse entre el resto de los votantes, mientras que el saldo fue positivo para otros como el Partido Acción Ciudadana (PAC) y la Unidad Social Cristiana (PUSC).
También lo fue para algunos nuevos, como Nueva Generación (PNG) y Republicano Socialcristiano (PRSC).
Es evidente que, mientras más partidos se lanzan al mar de las elecciones, menos peces logra pescar cada uno.
De alguna manera, la explosión de partidos políticos podría explicar que se reparta el porcentaje de apoyo y que, para los partidos más grandes, ese apoyo disminuya aún más, dijo Randall Blanco, director de la Maestría en Sociología de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Para el exsecretario de Asuntos Políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y exvicepresidente de Costa Rica, Kevin Casas, otra explicación posible es que la reducción del abstencionismo le pesa más a los partidos tradicionales y a los más grandes: las caras y los partidos nuevos atraen a los votantes indecisos.
Casas, quien fue vicepresidente de la República en la Administración de Óscar Arias, cree que perder 12 municipalidades no significa una derrota y que el resultado de Liberación fue positivo.
Sin embargo, los verdiblancos no solo perdieron apoyo en términos porcentuales o en las doce alcaldías que cedió, sino también en número de votantes.
Entre el 2010 y el 2016, el grupo político perdió adeptos en 44 de los 81 cantones.
En promedio, en esos municipios, dejó de atraer a un 29% de los votantes que antes se decantaban por los alcaldes liberacionistas.
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Líder mata a partido
San José es el ícono de lo que le pasó a Liberación en las elecciones municipales del 2016.
Alianza por San José, bajo la reconocida figura de Johnny Araya Monge, le arrebató la alcaldía a su antigua agrupación: muerta la bandera, se acaba la rabia.
Fue el cantón en el que más perdió el PLN, pues se quedó sin la alcaldía y perdió a un 61% de sus votantes, quienes olvidaron el color político que los había llevado al poder y siguieron al único alcalde que habían conocido.
Araya cree que el apoyo de la gente a su partido se debe, en parte, a que él venía impulsando proyectos que quedaron varados cuando salió del municipio, como el repoblamiento de San José.
LEA: Johnny Araya obtuvo mayor apoyo en distritos con menor índice de desarrollo.
No es el único ejemplo. Los limonenses también prefirieron la figura antes que al partido y buscaron a Néstor Mattis, de Auténtico Limonense, en la papeleta.
Mattis representó a Liberación Nacional en el periodo anterior y se separó de la Asamblea Cantonal de ese partido en 2015.
Los ejemplos de ambos podrían ser signo de un fenómeno aun mayor: la de seguir al líder sin importarle el color de la bandera, opinan los analistas.
Sin embargo, la validez de esa conclusión quedará para la posteridad. “De las elecciones municipales no se puede extrapolar nada para las nacionales”, dijo Casas.
Los ganadores
Las elecciones municipales nunca le han traído un respiro tan grande a la Unidad Social Cristiana como las del 2016.
El porcentaje de votos emitidos por el candidato a alcalde del PUSC aumentó en 54 cantones del país, entre ellos Liberia y San José, que tienen grandes cantidades de votantes.
Su crecimiento le alcanzó para ganar 14 alcaldías repartidas en todo el país, pero también para volver negros los números que antes pintaban rojo intenso.
Desde el 2006, el partido venía arrastrando una pérdida de apoyo relativo en 37 municipios del país. Fue en la época de la peor crisis de electoral de la historia, explicó Rotsay Rosales, analista.
En el 2016, rompió con la mala racha y solo la mantuvo en dos de ellas. “Notamos un reverdecer de esas estructuras desde las elecciones presidenciales y para diputados”, comentó Rosales.
El Partido Acción Ciudadana, por su parte, solo logró mantener el mismo número de alcaldes en el poder pero aumentó su porcentaje de apoyo en 45 municipios.
Contrario al desencanto augurado por los especialistas en política, los candidatos de Acción Ciudadana provocaron, al menos, un aumento en la simpatía de los votantes. La proporción de votos que concentró el grupo se incrementó en 11 puntos porcentuales entre el 2010 y el 2016.
También logró aumentar, aunque poco, su caudal político. Es decir, la cantidad de gente que votó PAC en la papeleta rojiamarilla aumentó en un 6%.
Nueva generación
Los partidos creados más recientemente también encontraron un nicho para cultivar en estas elecciones municipales.
Nueva Generación logró tres alcaldías en cantones como Alajuelita, Nandayure y Mora, pero se adentró en al menos otros seis municipios en los que alcanzó el apoyo de al menos un 10% del electorado en torno a su propuesta de alcaldía.
Su fundador, Sergio Mena, en declaraciones a los medios, atribuyó ese triunfo a la “humanización” del rostro del partido.
“Logramos cuatro (el número se redujo después a tres) alcaldías con perseverancia y visitando los pueblos”, dijo Mena a La Nación .
El Republicano Socialcristiano, fundado por exmilitantes del PUSC, coronó solo una alcaldía pero con un apoyo superior al 20% en cinco cantones más y al 10% en otros diez.
Ambos pertenecen a una nueva generación de partidos cantonales y nacionales que pretenden ir tomando el control desde las bases de manera sigilosa... por ahora.