Washington.- La gigantesca cuenta que deberá pagar Apple por beneficios fiscales que la Unión Europea consideró indebidos ilustra sobre el gran tesoro que grandes multinacionales estadounidenses tienen fuera de su país para pagar menos impuestos.
Esa fortuna guardada en países de carga fiscal mucho menor a la estadounidense es de unos $2.400 billones, según Audit Analystics y es un blanco tentador para cualquier gobierno en busca de recursos.
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Washington reivindica su derecho a cobrar impuestos por ese dinero que usualmente esta bajo sospecha de haber sido transferido mediante argucias contables.
No obstante, multinacionales de la talla de Apple, Microsoft, General Electric y Pfizer alegan que esperan que Estados Unidos rebaje sus impuestos antes de repatriar esos fondos.
El martes la Comisión Europea sentenció que las ventajas impositivas otorgadas por Irlanda a Apple no se ajustan a normas de la Unión Europea y ordenó a la empresa estadounidense a desembolsar más de 13.000 millones de dólares en impuestos impagos.
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La compañía dijo que apelaría el fallo y Estados Unidos acusó a las autoridades europeas de romper con la práctica internacional al imponer impuestos con efecto retroactivo.
No obstante, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos también dejó en claro que reivindicaba su derecho a gravar ese dinero que las multinacionales guardan fuera de su territorio e indicó que la Comisión Europea se excedió en sus potestades.
La decisión de la Comisión Europea "refleja un intento de meterse en la base impositiva de Estados Unidos que debe ser gravada por Estados Unidos", dijo el secretario del Tesoro, Jacob Lew.
Fortuna creciente
Estados Unidos autoriza a sus compañías a guardar en el exterior sus ganancias y no las grava hasta que son repatriadas. Ese tesoro de las multinacionales ha ido creciendo en la última década.
Un informe de julio de la firma estadounidense Audit Analytics dijo las 1.000 multinacionales más grandes de Estados Unidos guardan en el exterior el doble que en 2008 y más de $130.000 millones más que en 2014.
Las compañías alegan que para repatriar esos fondos esperan que Washington baje los impuestos, que actualmente son de hasta 35%.
En 2004 Washington abrió una "primavera fiscal" al reducir por un tiempo a 5,25% el impuesto a la repatriación de capitales y consiguió que unos $300.000 millones volvieran a Estados Unidos.
La meta de esa medida fue atraer capitales para estimular la creación de empleos. Empero recientes estudios mostraron que la mayor parte de ese dinero que volvió a Estados Unidos fue a parar a los accionistas y ejecutivos de las multinacionales.
"Lamentablemente no hay evidencia de que hayan aumentado las inversiones o el empleo y costó miles de millones de dólares a los contribuyentes", escribió en 2011 el subsecretario del Tesoro para política tributaria, Michael Mundaca.
Ahora las multinacionales dicen estar abiertas a pagar impuestos en Estados Unidos, pero no con las actuales tasas.
"Estados Unidos debería reformar su sistema impositivo", dijo a la AFP Jenifer McCloskey, directora del influyente grupo de presión Information Technology Industry Council.
Pero mientras se acumulan ganancias en el exterior, activistas dicen que las empresas simplemente están esperando otra "primavera fiscal" e insisten con que Washington modifique su régimen fiscal para detener la evasión sistemática.
"Apple organizó sistemáticamente sus actividades en Irlanda solamente con el objetivo de evadir impuestos", dijo Matt Gardner del Institute on Taxation and Economic Policy.
Las autoridades de Estados Unidos "deberían tomar una página del manual de la Comisión Europea y emprender una campaña contra la desenfrenada evasión fiscal corporativa", sostuvo.
Howard Gleckman, del Tax Policy Center, dijo que los europeos están advirtiendo que la erosión al sistema impositivo ya ha ido demasiado lejos.
"Ahora la tierra bajo el sistema está temblando", declaró tras el fallo contra Apple.
"Al obligar a los países integrantes a cobrarles impuestos a las firmas estadounidenses... la Unión Europea trata de romper el ciclo de competencia impositiva que beneficia largamente a las multinacionales estadounidenses. En efecto, está creando un nuevo impuesto mínimo a las multinacionales", añadió.