El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) anunció que su nuevo índice de precios al consumidor (IPC) usa cálculos todas las áreas urbana del país, cubriendo el consumo del 73% del país.
Anteriormente, el IPC, que mide las variaciones porcentuales de los productos más consumidos por la población de Costa Rica, se enfocaba en el área metropolitana y cubría el consumo de únicamente del 45,8% del país.
Las nuevas regiones consideradas para la creación del IPC incluyen a Grecia, Naranjo, San Ramón y Turrialba.
Otra novedad del IPC es que la canasta de consumo pasó de considerar 292 bienes y servicios a contemplar 315.
Tal discriminación de bienes y servicios se basa en la relevancia de esos bienes y servicios en el consumo de la población costarricense.
El IPC se basa en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del los Hogares del 2014, la más reciente. El anterior se basaba en el consumo estimados por la misma encuesta pero del 2004.
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Entre los productos incluidos en esta nueva canasta de consumo están la póliza de seguros, los servicios financieros, el internamiento en los centros médicos, los anticonceptivos y los dispositivos electrónicos móviles.
Quedaron por fuera los reproductores de DVD, el alquiler de películas, las revistas, los diccionarios, y los muebles de computadoras.
El cambio en el IPC tiene efectos muy concretos, por ejemplo, en las estimaciones de inflación, de tarifas de servicios públicos, y en las negociaciones salariales.
En la canasta del 2006 el producto con mayor peso (ponderación) en la canasta de consumo costarricense era la gasolina, pero para el 2015 fueron los automóviles. Eso implica una mayor compra relativa de automóvile y una menor de gasolina, posiblemente por la adquisición de automóviles más eficientes en el consumo de gasolina.
Por categoría, los alimentos ganaron relevancia relativa en la canasta de consumo costarricense y el transporte mostró una leve pérdida.
En el IPC del 2006, los alimentos tenían un peso o ponderación en la canasta de consumo de 18,61, y para el 2015 descendió su peso en la canasta a 20,94.
Por su parte, la estimación del peso del transporte del 2006 se ponderaba en un 18,19, para el 2015 es de 15,78, lo que refleja una caída en el gasto relativo.