Un 68% de las 296 fincas agropecuarias que se dedican a la recepción de turismo en Costa Rica enfocan su producción al autoconsumo, están dirigidas por hombres de baja escolaridad y se ubican en zonas de bajo desarrollo económico.
En esas fincas, la actividad pecuaria más frecuente es la cría de aves de corral (42%), aunque el cultivo de especies permanentes como los árboles y el café es altamente común (54%).
Así se desprende de una investigación del Programa en Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible (ProDUS) de la Universidad de Costa Rica, elaborado por el investigador Félix Zumbado Morales, a partir de los datos aportados por el Censo Agropecuario del 2014 que consultaba a las personas productoras sobre cuál era la principal actividad de sus fincas.
Trescientas fincas dedicadas al turismo rural
La revisión al Censo permite identificar en el país a 296 fincas agropecuarias dedicadas al turismo rural, la mitad de ellas localizadas en Guanacaste y en Alajuela, cerca de importantes focos turísticos del país. De esas, la gran mayoría (139) están dirigidas por personas físicas: específicamente hombres.
Siete de cada diez fincas que se dedican al turismo rural enfocan su producción en el autoconsumo, lo que explica una bajísima participación de los productores a la exportación y a la agroindustria (de menos de un 3%), mucho más común en otros países.
Eso revela un importante nicho que probablemente podría aprovecharse más en el país. Por ejemplo, en España o Argentina la visita a empresas procesadoras de quesos, aceites, vinos, miel de abeja o artesanías forma parte de algunas actividades turísticas. En Costa Rica, la agroindustria está asociada al cultivo de café, cacao, caña de azúcar o lácteos: campos de interés para el turismo rural.
Para el investigador Zumbado, los resultados permiten observar que el turismo rural en fincas agropecuarias tiene la posibilidad de aumentar con nuevos proyectos, e incorporarlos dentro del sistema turístico actual.
Casualmente, buena parte de los proyectos están ubicados en importantes focos turísticos. La mitad de estos proyectos están en Guanacaste y Alajuela. Santa Cruz (29), Liberia (16), Pérez Zeledón (16), San Ramón (14) y Turrialba (14), son los cantones con más fincas dedicadas prioritariamente al turismo rural.
Zumbado tiene tres hipótesis sobre porqué el turismo rural puede concentrarse en esas zonas. Aún se necesitaría más investigación para poder determinarlo, pero algunas de ellas se encuentran cerca de atractivos turísticos importantes, como las playas de Guanacaste (en el caso de Santa Cruz y Liberia) o el Parque Nacional Chirripó (en Pérez Zeledón). También suelen ser importantes zonas de paso de turistas (como San Ramón) .
"No es lo mismo que un proyecto de turismo rural se ubique en una zona por donde no pasan turistas cerca, a que se ubique en un sitio cercano a un parque Nacional o playa muy concurrida, lo que le da mayor posibilidad de lograr llamar la atención de los visitantes que pasan cerca y atraerlos hasta esas zonas", señala.
Zumbado también considera que las organizaciones como la Asociación Costarricense de Turismo Rural Comunitario (ACTUAR), el Consorcio Cooperativo Red Ecoturística Nacional (COOPRENA), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), las universidades públicas, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y las organizaciones no gubernamentales incentivan con fuerza este tipo de actividades.
Según los datos de la última encuesta del 2016 del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) planteada a turistas procedentes del aeropuerto Juan Santamaría, un 9,2% de los visitantes que llegan al país por esta vía afirman que una de sus principales actividades fue la visita a una comunidad rural y el compartir con actividades y tradiciones de la comunidad.
Esa actividad es más frecuente que la proporción de personas que afirman venir para aprender el idioma, hacer pesca deportiva, asistir a seminarios, congresos y convenciones, o bucear.