El presidente Nicolás Maduro inició el lunes un viaje con destino a China, que es el principal acreedor y fuente de financiamiento de Venezuela que intenta emerger de una profunda recesión.
Maduro dijo en la víspera que iba a hablar de acuerdos y préstamos por petróleo con el presidente Xi Jinping, así como de proyectos económicos, educación y tecnología.
Venezuela está luchando con la inflación más alta del mundo, una recesión recién confirmada y una crisis de liquidez provocada en parte por la fuerte y sostenida caída en el precio del petróleo.
"Para mí, esto es que Venezuela realmente necesitan el dinero", dijo Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
China ha prestado a Venezuela más de $40.000 millones en los últimos cinco años, algunos de los cuales Venezuela ya ha pagado con petróleo.
Venezuela es uno de los mayores exportadores de crudo del mundo y China uno de los mayores consumidores. El gobierno venezolano vende a Beijing unos 626.000 barriles diarios y para 2016 tiene proyectado elevar las ventas a un millón de barriles diarios.
A finales de diciembre, Maduro anunció que iba a hacer de la economía su foco principal en 2015. Los críticos dicen que Venezuela debe hacer ajustes dolorosos para enderezar la economía, tales como la devaluación o un alza en los precios de la gasolina, una de las más baratas del mundo y que están congelados desde hace más de una década.
Maduro también anunció que visitará otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) . Venezuela ha pedido, sin éxito, a los países miembros de la OPEP a trabajar juntos para subir los precios del petróleo, que han caído a la mitad en seis meses. Venezuela tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, y depende del petróleo para el 95% de sus ingresos por exportaciones.
Maduro catalogó el viaje "es muy importante para enfrentar los nuevos proyectos en la circunstancias que tiene nuestra patria, en merma de los ingresos producto de la caída estrepitosa de los precios petroleros".
China se encuentra en la incómoda situación de tener que invertir en Venezuela para asegurar que su alianza sigue siendo fuerte, y que Venezuela eventualmente puede pagar sus préstamos, pese a que también los chinos son reacios a prestar más dinero a un país en dificultades, de acuerdo con Ellis. A finales de año, China relajó el plazo de su préstamo, extendió el plazo de amortización y suprimió los mínimos de envío.
"Los chinos han estado lanzando dinero a la basura por un tiempo. Si Maduro está pidiendo más dinero ahora, será interesante ver cómo reaccionan los chinos", agregó Ellis.