
El Gobierno valora sustituir un porcentaje de las importaciones de granos básicos por una mayor producción nacional con el doble fin de propiciar soberanía alimentaria y conducir a los agricultores hacia la salida de la crisis.
Sin embargo, ese objetivo se topa de frente con el muro de la maraña estructural que amarra a las instituciones del sector agrícola.
Para que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) concrete su plan, deberá fortalecer al moribundo Consejo Nacional de la Producción (CNP) y tendrá que concretar la transformación del Instituto de Desarrollo Agrario en el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), solo para empezar.

En tanto, los empresarios del sector importador de granos básicos reclaman por una política más integral que ayude al productor nacional a surgir sin perjudicar la necesidad de traer producto desde el exterior, actividad que respaldan las estadísticas.
Esto porque la producción de arroz y frijol tico fue a la baja durante el año pasado, lo cual hizo imposible que la producción criolla alcanzara para llenar la demanda nacional.
Mientras eso sucede, las importaciones de granos básicos vienen en aumento desde el 2009 y solo el año pasado experimentaron una ligera caída, según datos de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa). En el exterior estuvo la respuesta para llenar la demanda interna.

Juan Carlos Sandoval, gerente general de la importadora de arroz y frijol La Maquila Lama, citó como prioritario para aumentar la producción nacional que se libere el precio del arroz y se brinde apoyo tecnológico a los pequeños empresarios, así como la creación de un esquema de precio diferenciado a ponderar con la cuota de importación.
Tarea compleja
El MAG, por su parte, opta por otra ruta y considera que para invertir la gráfica de las importaciones versus la producción local hay que empezar por arar el terreno de la institucionalidad, en paralelo con la atención directa al productor de granos básicos.
Uno de los pilares es la rehabilitación del CNP a través de la inyección de casi ¢8.000 millones. Esa entidad había entrado en una reestructuración.
Empero, las autoridades ven la necesidad de fortalecer a la institución para que protagonice la potenciación de la producción.
En detalle, ven indispensable volver a dar operatividad al Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), para lo cual el Gobierno busca ¢2.900 millones.
El viceministro de Agricultura, José Joaquín Salazar, adelantó que el PAI representa un mercado de ¢115.000 millones que los productores nacionales de granos básicos podrían aprovechar.
El MAG también tiene en mente emitir los reglamentos que hacen falta para que el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) dé el salto que lo aleje de la sombra del antiguo Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), con el objetivo de que active la siembra de más hectáreas de granos básicos en las zonas rurales.
Otro factor para que emerja la producción de arroz y frijol es erradicar los problemas de comercialización.
Salazar indicó que el país no puede continuar con un único centro de mayoreo (Cenada).
La mejora en las vías cantonales que dan acceso a los terrenos cultivados también es una prioridad para reducir los costos que implica llevar insumos hasta las fincas, así como sacar el producto por malas carreteras.
Precio, un punto en contra
En tanto, el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) avala la reducción en las importaciones de granos.
Esa cartera sostiene que no hay ningún impedimento en los tratados de libre comercio para que Costa Rica opte por fortalecer su producción interna.
El ministro de Comex, Alexander Mora, explicó que en el caso del Cafta el contingente de arroz es apenas la mitad (un 21%) del total que importa el país (un 45%) para satisfacer el consumo.
Si de frijol se trata, Mora dijo que el contingente del 21% en el TLC con China no es ni una tercera parte del 70% que el país necesita importar, pues solo produce un 30% de la demanda interna.
Cada uno de esos contingentes se activa cuando se ha vendido el 100% de la cosecha nacional.
Empero, el ministro reconoció que potenciar la producción interna de granos no implicaría necesariamente una reducción en el precio para el consumidor.
Esto porque tanto el arroz como el frijol se pueden importar libres de aranceles desde Centroamérica, fuera de contingente.
Además, lo usual es que al momento de invocar el contingente los precios de los granos citados son típicamente más bajos que en el mercado local.
Sin mucha claridad en el cómo, el Gobierno insistirá en su idea de sustituir las importaciones de granos básicos para que, en el futuro, el país sea capaz de autoabastecerse.
Las grandes líneas de la política que permitiría alcanzar esa meta aún no están trazadas y aguardan a noviembre, cuando el Gobierno presentará el Plan Nacional de Desarrollo.