Buena parte de los $650 millones que invertirá el Gobierno en infraestructura, como parte del nuevo programa Impulso, son fruto de financiamientos conseguidos durante las dos administraciones pasadas.
Algunas de las obras que consumen los mayores recursos también fueron planificadas desde el gabinete anterior, según corroboró EF con la lista de proyectos concretos enviados por el Ministerio de Hacienda.
El programa fue anunciado por el presidente Luis Guillermo Solís en la Cadena Nacional del domingo 18 de octubre como “acciones concretas para acelerar la economía y la creación de empleo en el corto plazo”.
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La lista enviada por Hacienda incluye obras que suman $617,24 millones (no $650 millones, como dijo el mandatario) y se destinan a la construcción de carreteras, proyectos energéticos, infraestructura sanitaria y educativa, levantamiento de delegaciones policiales y centros culturales e inversión en tecnología y telecomunicaciones.
El financiamiento de los proyectos proviene de instituciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y otras seis similares. .
Proyectos asegurados
El proyecto Reventazón, que consumirá el 17% de la inversión en infraestructura anunciada por Solís, quedó asegurado financieramente en el 2013 con un préstamo del BID y otro de la corporación de Financiamiento del Banco Mundial, según figura en documentos públicos.
Asimismo, para los proyectos geotérmicos a los que dará énfasis el gobierno Solís Rivera se había concretado el financiamiento con la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y el Banco Europeo de Inversión desde la administración Chinchilla Miranda. Posteriormente, los diputados aprobaron el préstamo en julio del 2014 y en el 2016 se invertirán $68 millones.
El otro gran rubro, las obras viales, se financiarán con una línea de préstamos del BID que arrancó en el 2008. El primer tracto se entregó en el 2010 y el segundo en julio del año pasado.
Estos proyectos tampoco son nuevos: la mayoría de ellos estaban contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo presentado por la actual administración.
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Son una continuación de construcciones iniciadas como Bajos de Chilamate con Vuelta Kopper, el tramo Pozuelo- Jardines del Recuerdo o Sección La Abundancia-Florencia.
Para obras viales, se destinarán $175 millones durante el próximo año.
Seguridad y educación
Los proyectos en seguridad, educación, salud y tecnología siguen la misma línea.
El programa Impulso propone una inversión de $74 millones en obras y becas para universidades públicas.
La planificación del financiamiento ya estaba contemplada en el Proyecto de Mejoramiento de la Educación Superior, un empréstito del Banco Mundial que se aprobó en el 2012.
En el campo de la seguridad, la construcción de varias delegaciones policiales, centros cívicos para los cantones y unidades productivas para La Reforma y Pococí también estaban incluidas en el programa Prevención de la Violencia y Promoción de la Inclusión Social financiado también por el BID y aprobado en el 2011. En el 2016, el Gobierno desembolsará $83,8 millones.
En el campo tecnológico se repite la ecuación, con un préstamo del BID que había quedado pactado desde el mandato anterior.
Para el Gobierno, la importancia no recae en si los proyectos son nuevos o no, sino en la inyección de eficiencia para ejecutarlos, comentaron los jerarcas de las instituciones involucradas en una conferencia de prensa, un día después de la cadena.