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Costa Rica atrajo en el 2015 la misma cantidad de nuevos proyectos de inversión extranjera que un año antes: 39.
Un recrudecimiento de la competencia a nivel mundial por captar más y mejores proyectos explica, en cierta medida, el entrabamiento.
Al mismo tiempo, la lucha interna del país con problemas crónicos como infraestructura, tramitomanía y necesidad de recurso humano cada vez más capacitado se unen a la explicación.
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Por el momento se desconoce el monto de la inversión en dólares durante el presente año. Será el Banco Central de Costa Rica el encargado de dar a conocer la cifra.
Pese a ello, las autoridades defienden los números.
Para los jerarcas de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), el dato sobrepasa la meta planteada por la institución: un total de 35 nuevos proyectos para los 12 meses a punto de finalizar.
“Tampoco fue una meta conservadora, dada la agresiva competencia mundial por la IED”, subrayó Jorge Sequeira, director general de Cinde.
El sector denominado servicios corporativos fue el que mayor dinamismo tuvo en el 2015 en términos de proyectos de inversión atraídos, con 23 del total. Además, generó 5.000 puestos netos de alta calidad, de un total de 6.500 en el año.
Le sigue el sector de ciencias de la vida, el cual reportó nueve proyectos de inversión.
“Como Gobierno, asumimos el compromiso de trabajar en la mejora continua de las condiciones de competitividad local para seguir siendo un destino estratégico para este tipo de inversiones”, agregó el ministro de Comercio Exterior, Alexánder Mora.
Reto palpable
Para el 2016, la ruta de Cinde seguirá en la línea de la búsqueda de inversión de firmas que realicen procesos productivos sofisticados y de servicios innovadores.
Tal aspiración exigirá atención especial al fortalecimiento del recurso humano costarricense, como principal foco.
Según proyecciones de la Coalición, hay unas 283 firmas del sector de ciencias de la vida, manufactura avanzada y servicios que tienen el reto de encontrar los perfiles adecuados para cubrir nuevos puestos.
“Esta es nuestra principal ventaja –el recurso humano–, pero a su vez se ha convertido en el reto principal del país”, reconoció Sequeira.
La vieja tara de la infraestructura podría recibir algo de rendención con el avance de la Terminal de Contenedores de Moín. Aún así, la red vial todavía es un punto crítico para la competitividad.
Sin atención, los viejos lastres podrían pasar una alta factura, que ya se deja ver.
