Guanacaste sigue buscando su agua, pero las amenazas en su contra proliferan a un paso más rápido que las soluciones.
En medio del caos ocasionado por la sequía, las instituciones tratan de ponerse de acuerdo para ordenar el panorama.
Deben atacar problemas arrastrados desde hace décadas, como la resistencia a adaptarse al cambio climático, la falta de acuerdos entre instituciones y comunidades y la carencia de datos confiables para tomar decisiones.
Por ejemplo, el Estado ni siquiera sabe cuánta agua hay realmente en los acuíferos que abastecen a la provincia ni para cuántos años más alcanzará.
Este año se inauguró el primer proyecto que monitorea, minuto a minuto, el comportamiento del acuífero de Nicoya para entender en cuánto tiempo se recupera el nivel del agua después de una extracción. Eso debería suceder en todos los acuíferos.
“Es crítico contar con información para tomar buenas decisiones y hacer buenos pronósticos”, dijo uno de los investigadores del proyecto de estudios sobre agua en Guanacaste FuturAgua, Gregoire Leclerc.
Desconfianza
Entre las municipalidades, las asociaciones que cuidan de los acueductos rurales y los hoteles impera la desconfianza y se enfrentan entre sí por el uso de los pozos que están dentro de sus fronteras políticas y geográficas.
“La desconfianza de las comunidades de esta zona es muy grande y no ha permitido que avance el proyecto”, contó Andrea Suárez, coordinadora del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe de la Universidad Nacional.
Para la especialista, es necesario que se dividan las zonas de los acuíferos independientemente de su ubicación política, para evitar celos entre vecinos.
El desarrollo inmobiliario sigue siendo uno de los sectores más resentidos por la falta de agua para consumo humano.
El stand by que le dio el AyA a la construcción en la zona, al dejar de dar permisos para construir, deprimió a los empresarios.
“Para el AyA, los hoteles no somos una prioridad”, acusó el presidente de la Cámara de Hoteleros, Gustavo Araya.
Estos problemas son la consecuencia directa de muchos años sin planificación en los que el desarrollo inmobiliario creció como la espuma sin ningún control, sostiene la jerarca de Acueductos y Alcantarillados (AyA), Yamileth Astorga.
Ordenamiento sin orden
En este momento tampoco está muy claro cómo logrará el Gobierno sanear el problema de la provincia en el mediano y largo plazo.
El Programa Integral de Abastecimiento de Agua para Guanacaste (Piaag) integra los proyectos de todas las instituciones para paliar la crisis de agua.
Este fue declarado como de interés público en julio de este año mediante un decreto ejecutivo y otro decreto creó una comisión interinstitucional para ejecutarlo en julio del año pasado.
Sin embargo, no hay un documento unificado que establezca fechas, prioridades, presupuesto, avances e indicadores de éxito del programa en su conjunto.
Al menos no uno del cual EF pudiera obtener una copia oficial, a pesar de haberlo solicitado al Minae en dos ocasiones.
El único documento disponible en Internet muestra metas generales.
“No se tiene aún oficializado; está en consulta”, declaró la dirección de Aguas del Minae.
El ministro Édgar Gutiérrez, que es el rector de todos los recursos hídricos del país, dijo que están terminando de mapear los proyectos de las instituciones.
Mapeo que ya lleva un avance, según el ministro, del 80% y que quedará al 100% en dos semanas.
“Usted debe entender que en este momento la prioridad es atender la situación de emergencia”, dijo Gutiérrez, quien carece del dato exacto de cuánto dinero se destina desde el Minae para aliviar el malestar de la zona.
Tampoco está claro de dónde saldrán los más de ¢1.300 millones que están presupuestados para llevar a cabo todo el programa de abastecimiento; aunque sí hay algunas luces de cómo se conseguirá ese dinero.
Existe un compromiso moral del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) de financiar algunas etapas de los proyectos relacionados con acueductos, pero todavía no existe un documento firmado.
El dinero que donó China y que el Gobierno prometió usar para llevar agua a Guanacaste se invertirá en un acueducto y ya se invirtieron $600.000 en el embalse del Río Piedras.
Los datos salen de una conversación con Gutiérrez, pues tampoco de estas inversiones se tiene un documento unificado.
Ponerse de acuerdo
Aunque el documento del Piaag no esté listo, los jerarcas ya comenzaron a reunirse mensualmente y existe una comisión interinstitucional técnica que trabaja en el tema todos los días, confirmó la titular del AyA.
Es una figura que hasta ahora no existía y que aplauden los especialistas.
Para ellos, el problema de Guanacaste no es la falta de agua, sino la falta de acuerdos entre todos los actores del problema.
Una mesa de trabajo para sanear el caos que vive Tamarindo es uno de los escasos ejemplos del trabajo en conjunto.
El Conimboco reúne a la academia con las Asadas, las instituciones y hasta el sector privado para resolver problemas con el agro, la hotelería y el consumo humano.
También en Nosara los directivos de las Asadas han comenzado a notar que, si se unen, pueden tener más poder de convocatoria ante el AyA, contó el presidente de una de estas asociaciones en Nosara, Christophe Husbaum.
“No hay una Asada, hay siete en el distrito”, contó.
En toda la provincia, las asociaciones son unas 350 y eso complica aún más su organización.
Algunos hoteles también han comenzado a sumarse a la causa. Desde el pozo que se encuentra dentro de Reserva Conchal se extrae agua del acuífero de Nimboyores para dotar de 6 litros de agua por segundo a la población de Tamarindo, dijo Astorga.
Otro pozo del Grupo Diriá también será utilizado para sumarle 5 litros de agua por segundo al caudal para la misma comunidad.
El esfuerzo es conjunto, dicen los diferentes actores, pero por sobre todas las cosas, debe estar bien planificado.
Acciones
Los especialistas coinciden en tres acciones prioritarias a las que el Gobierno debe prestar atención:
Unión de las Asadas: la coordinación entre instituciones es determinante para lograr un avance en los proyectos que se llevan a cabo en la zona. Las asadas son las más numerosas y las que más apoyo requieren.
Datos científicos: encontrar información confiable de cuánta agua necesitan los agricultores, cómo la están usando, cómo se comportan los mantos acuíferos y cuánta de esa agua se evapora es indispensable para hacer buenos pronósticos.
Evaluación: para FuturAgua, evaluar cómo están activando sus protocolos instituciones como la CNE también es determinante.
Fuente Consulta a especialistas.