La tasa de desempleo abierta entre los pobres es 4,8 veces más alta que la de los no pobres, afecta al 25,44% de estos hogares.
Siendo el trabajo es la principal fuente de ingresos de los hogares costarricenses, con un 63% de participación en el pastel de ingresos, la falta de este es capaz de marcarle la cancha a las personas en situación de pobreza para no dejarlas salir de ahí.
La línea de la pobreza está definida por un ingreso menor a ¢107.293 para la zona urbana y ¢82.418 para la rural.
Así lo reflejan los resultados de la nueva Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec).
Aunado a ello, la tasa de ocupación (las personas que sí tienen un trabajo) son el doble entre aquellos que sí superan la línea de la pobreza y aquellos que se quedan por debajo de ella.
La situación del empleo informal es al revés: un 77% de las personas pobres y ocupadas tienen trabajos que operan al margen de la ley. En cambio, es del 37% entre los que tienen más ingresos.
El panorama es más grave en la zona rural que en la urbana. Aunque la tasa de desempleo es prácticamente la misma, en la zona rural, la tasa de ocupación es de 31 puntos mientras en la urbana es de 30.
También es más grande el porcentaje de población que posee un empleo informal, que se ensancha del 74% entre los pobres de la zona urbana al 83% en la zona rural.
Las otras causas
Otras diferencias entre las personas pobres y las no pobres residen en la educación, el acceso a salud, a vivienda y a subsidios del Estado.
Entre ellas, la más evidente tiene que ver con la escolaridad promedio, que en la zona urbana es de 6,8 años entre los pobres y 9,7 entre los no pobres; y en la rural es de 5,6 en el primer grupo y 7,7 en el segundo.
Es evidente que las brechas persisten no solo entre los pobres y las personas con más ingresos, sino entre los residentes de la zona urbana y la rural.
En el caso del acceso a vivienda, los números se invierten. Mientras un 26% las personas que viven en pobreza y en áreas rurales no tienen casa, la cifra aumenta a un 37% en la zona rural.
Entre otros resultados, la Enaho también mostró un crecimiento de los niveles de pobreza extrema en el país y un decrecimiento de la pobreza, en general.