La tasa de inflación subió, la economía por momentos se contrajo y las cuentas públicas pronostican un probable déficit. La época del boom económico ha quedado atrás y Brasil se prepara para cambiar el rumbo de su economía y ajustarse el cinturón en el 2015.
La estrecha victoria de la presidenta Dilma Rousseff en octubre también sirvió como un llamado de atención para tomar nuevas medidas como recortes de gastos y aumentos de impuestos para reactivar la economía al atraer de nuevo inversión, según analistas.
"En 2014 el gobierno percibió que no podía continuar en la misma trayectoria", dijo Juan Jensen, economista y director de la consultoría Tendencias.
"Los ajustes son necesarios. Son casi un instinto de supervivencia", agregó.
El modelo que Brasil seguía para proteger a la industria nacional frente a una desaceleración no dio resultado, dicen consultores y economistas.
En ese contexto, después de ser reelegida Rousseff decidió renovar su equipo económico reclutando como ministro de Hacienda a un reconocido banquero con doctorado de la Universidad de Chicago. Joaquim Levy es apodado "Manos de Tijera" por ser especialista en recortar gastos, pero también es admirado por ayudar a recuperar la confianza de los inversionistas como secretario del Tesoro.
Sus credenciales son representativas del dilema que enfrenta Rousseff de cara al segundo mandato que inicia el 1 de enero.
Levy dice que su prioridad es reducir la deuda pública al ajustar los gastos para lograr que Brasil ahorre más aunque solo se pronostique un crecimiento de menos de 1%.
"Eso creará la base para un crecimiento económico, consolidando los avances sociales, económicos e institucionales logrados en los últimos 20 años", dijo Levy al aceptar el nombramiento a finales de noviembre.
Luego de que la economía de Brasil apuntalara con un crecimiento del Producto Interno Bruto de 7,5% en 2010, cayó en recesión la primera mitad del año. Influyó en gran parte la desaceleración de China ya que es el principal socio comercial e importa materia prima del país sudamericano. Ahora la inflación sobrevuela el objetivo del gobierno de 6,5% y el 2014 podría cerrar con los gastos superando los ingresos.
Aunque Levy pide paciencia para dar a conocer los detalles de su plan económico, dijo en una entrevista de mediados de diciembre que está considerando un aumento de impuestos, así como suspender algunos gastos y reducir otros.
"Tiene que ser un paquete balanceado. Es la prioridad", expresó Levy en una entrevista con la red televisiva Globo.
"La experiencia nos muestra que cuando haces ajustes de una manera firme y equilibrada, la reacción es muy rápida", añadió.
Tradicionalmente, cuando las economías se estancan, se aplican estímulos con inversión y se reducen o eximen impuestos. Sin embargo, si Brasil aumenta su deuda con estas acciones corre el riesgo de perder su grado de calificación en agencias crediticias que miden países en los que los inversionistas pueden confiar.
Es así como en materia fiscal, Brasil está entre la espada y la pared, lo que hará del 2015 un año de remedios o, como escribió la columnista Thais Herédia, de "Caldo de pollo reforzado " .
"El endeudamiento público tiene su límite y cuando un gobierno pasa cuatro años creyendo que no, seguramente va a pasar los otros cuatro años pagando caro por el exceso", reflexionó Herédia.
Levy prometió registrar un superávit de 1,2% en 2015 después de que este año legislador aprobaron un cambio en el cálculo fiscal para incumplir la meta de ahorro.
El futuro ministro no ha especificado cómo integrará el paquete de cambios pero algo que es casi seguro es que la política de controlar los precios del combustible con subsidios para contener la inflación, característica de la primera administración de Rousseff, llegará a su fin. También podrían aumentar los impuestos sobre los productos importados y la tributación en cosméticos.
"Va a ser costoso. La gente va a comenzar a sentir los efectos", dijo Juan Jensen, de Tendencias. "Los ajustes son necesarios para colocar a Brasil de vuelta en la trayectoria de desarrollo más sustentablemente. El panorama es malo para el 2015".
El miedo a que los recortes en subsidios podrían significar un retroceso en los avances sociales tan defendidos por el gobernante Partido de los Trabajadores llevó a un grupo de intelectuales y activistas a lanzar un manifiesto contra la nominación del ministro fiscalmente conservador. Durante su campaña, Rousseff resaltó una y otra vez que Brasil prácticamente erradicó el hambre en el país y ayudó a más de 40 millones de personas a escalar a la clase media.
Tony Volpon, jefe de investigación de mercados emergentes en Nomura Securities, señala que aunque casi todos los indicadores económicos muestren que el país está en la peor situación en más de una década, el escenario podría cambiar.
"Al final del 2015 podríamos ver la luz al final del túnel", dijo Volpon. "Si la confianza empresarial se puede restablecer, podríamos ver las inversiones crecer de nuevo".