Arabia Saudita reiteró este jueves su rechazo a reducir la oferta de crudo, pero se mostró confiada en el futuro, a pesar del hundimiento de los precios acentuados por la reciente decisión de la OPEP de mantener su producción.
En una excepcional entrevista acordada a la agencia oficial SPA, el ministro saudita de Petróleo, Ali al Nuaimi, estimó que plantear una reducción de la oferta de Arabia Saudita era "imposible".
La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderada por Arabia Saudita, decidió en noviembre mantener su nivel de producción en 30 millones de barriles diarios (mbd).
"Es difícil, incluso imposible, que Arabia Saudita o la OPEP acuerden medidas que conduzcan a una reducción de [su] cuota de mercado y a un aumento de la de los otros" productores no miembros del cartel, dijo.
"Máxime cuando actualmente es complicado controlar los precios", añadió el ministro, al subrayar que una reducción de la oferta habría implicado una pérdida a la vez de su cuota de "mercado y de precios".
A pesar de la caída de los precios del petróleo, que perdió la mitad de su valor desde mediados de junio y que supone el principal ingreso del reino saudita, Nuaimi dijo ser "optimista de cara al futuro". "La situación que nosotros y el mundo afrontamos actualmente es coyuntural y pasajera", aseguró.Según el ministro, la caída de los precios se explica por "varios factores concomitantes, entre ellos, una enorme desaceleración de la economía mundial, una subida de las reservas petroleras procedentes de varias regiones, entre ellas donde el coste [de extracción] es elevado, y una escasez de la demanda mundial de petróleo, más importante de lo previsto".
La cuota de la OPEP y la de Arabia Saudita, que es de 9,6 mbd de los 30 mbd del cartel, "no han cambiado en los últimos años, mientras que la de los otros productores no miembros de la OPEP aumenta constantemente", añadió el ministro saudita.
Las gestiones iniciadas en noviembre por el cartel, de cara a cooperar con estos países, no alcanzaron su objetivo, aseguró Nuaimi, quien denunció el "papel negativo de los especuladores" en el mercado petrolero.
"Estos especuladores empujan los precios en una dirección o en otra para obtener ganancias, lo que contribuye a las fuertes fluctuaciones del precio", dijo Nuaimi, quien retomó un argumento desarrollado el pasado domingo por el secretario general de la OPEP, Abdalá al Badri.
Si la caída de los preciso continúa, esto querrá decir que "la especulación contribuye sobremanera" al derrumbe de los precios, había declarado Badri en Dubái.
El ministro aseguró, además, que el reino saudita se encuentra en una buena situación para hacer frente a la bajada de las recetas petroleras. Arabia Saudita se hizo con importantes reservas de divisas gracias a las buenas ventas de crudo de los últimos años.
"El reino tiene una economía sólida, una excelente reputación mundial, una industria petrolera puntera, unos 80 clientes y enormes reservas financieras", aseguró.
Por ello, Arabia Saudita, que se dispone a desvelar sus presupuestos para 2015, "es capaz de soportar las fluctuaciones temporales en los ingresos petroleros", añadió el ministro, quien aboga por una recuperación de la economía mundial, que favorecerá un aumento de la demanda de petróleo.
"La economía mundial, especialmente la de los países emergentes, retomará progresivamente el camino del crecimiento, relanzando al mismo tiempo la demanda mundial de petróleo", dijo Nuaimi, quien rechazó también las especulaciones sobre una "guerra de precios" alimentada por Riad.
"Los análisis que vinculan las decisiones petroleras a objetivos políticos son erróneos", aseguró.
El responsable saudita de Petróleo se refería a las informaciones sobre una intransigencia de Riad respecto al mantenimiento de su cuota de mercado frente a la competencia del petróleo de esquisto, especialmente estadounidense, y de otros productores como Rusia o Irán.
Los precios del petróleo perdieron un 50% desde junio perjudicados por la abundancia de la oferta, el fortalecimiento del dólar y la escasez de demanda.
El rechazo por parte de la OPEP en noviembre a limitar su producción provocó que los precios cayeran aún más y perjudicó a varios miembros del cartel, especialmente a Venezuela.