AP.- El FBI puede haberle ahorrado a Hillary Clinton un gran disgusto en las conclusiones de su investigación por el uso del correo electrónico durante su etapa como secretaria de Estado de Estados Unidos. Pero la forma en la que su director, James Comey, lo hizo hace improbable que las críticas sobre su decisión y su carácter desaparezcan antes del día de las elecciones presidenciales.
Dando pocos indicios de que iba a exonerar a Clinton de cualquier cargo, Comey ofreció el martes un rápido análisis de las equivocaciones de la virtual candidata presidencial demócrata al emplear una cuenta de correo personal en servidores privados.
El FBI determinó que Clinton envió y recibió información clasificada en su cuenta privada, explicó, contradiciendo las declaraciones de Clinton, que durante meses lo ha negado públicamente. El responsable agregó que agentes hallaron ''varios miles de correos electrónicos relacionados con trabajo'' que los abogados de Clinton no habían entregado, y añadió que era posible que los enemigos de Estados Unidos hubieran tenido acceso a la cuenta.
''Aunque no se encontraron pruebas claras de que la entonces secretaria Clinton o sus colegas hayan tenido la intención de violar las leyes que rigen el manejo de información clasificada, sí hay evidencia de que fueron muy descuidados en el manejo de información muy delicada, altamente clasificada'', dijo Comey el martes en una rara exposición pública de una investigación que duró meses.
Cuando se produjo el momento que los demócratas llevaban meses esperando — Comey terminando sus conclusiones apuntando que ''ningún fiscal razonable presentaría cargos en un caso así'' — casi pareció llegar tarde.
El momento fue más extraordinario por el calendario político, a solo tres semanas de que Clinton acepte formalmente la nominación demócrata a la presidencia y cuatro meses antes de los comicios generales de noviembre. Por no mencionar que solo unas horas antes, el presidente Barack Obama se había estrado en la campaña electoral 2016, en un acto en North Carolina con su sucesora predilecta.
Para los millones de estadounidenses que desconfían de Clinton y siguen recordando los escándalos que plagaron la presidencia de su esposo, hay ecos inconfundiblemente familiares de las típicas polémicas de Clinton.
A través de Whitewater y Travelgate, Gennifer Flowers y Monica Lewinsky, sus rivales han presentado a los Clinton como políticos que hacen lo justo para mantenerse en la legalidad, y emplean sus poderosas conexiones para conseguirlo. Las encuestas muestran que enfrentaría problemas cuando se pregunta a los estadounidenses por su honestidad, aunque es vista como una candidata con experiencia y competente.
El anuncio de Comey se produjo una semana después de la ampliamente criticada reunión entre el expresidente Clinton y la Fiscal General del país, Loretta Lynch, y solo unos días después de que el FBI mantuviera su única entrevista con Hillary Clinton, lo que podría ayudar poco a cambiar esas percepciones sobre la demócrata.
Aunque los partidarios de Clinton llevaban tiempo adelantando que no se presentarían cargos, sus asesores de campaña se mostraron visiblemente aliviados durante el evento con Obama en Charlotte. Aceptaron con optimismo el hecho de que Comey hubiese empañado la primera incursión del presidente en campaña, apuntando que merecía la pena que se hubiese completado la investigación.
Pero incluso ante el alivio, los asesores de Clinton reconocen que esperaban que las duras críticas de Comey terminen en anuncios de televisión. Los demócratas reconocen que el final de la investigación no borrará las viejas dudas sobre la personalidad de Clinton, pero agregaron que tampoco esperaban que las críticas de Comey reformularan la opinión pública de una mujer que ha estado en la primera línea de la política durante tres décadas.
''La gente tiene ya opiniones muy claras sobre los dos candidatos. No creo que el acto de hoy vaya a cambiar algunas opiniones'', manifestó Evan Bayh, exsenador por Indiana y partidario de Clinton.
Sobre los reproches de Comey al uso que hacía Clinton del correo electrónico, Bayh dijo ''habríamos preferido que no hubiese utilizado ese lenguaje''. Pero dijo que los republicanos intentarían presentar a la demócrata como una persona poco fiable de todas formas.
''¿Esto cambia algo realmente? Van a realizar esos comerciales de todos modos'', apunto.
Trump ha tenido problemas con la coherencia de sus mensajes desde que se quedara como único aspirante con opciones a la nominación de su partido, a menudo atrapado en polémicas que él mismo genera. En lugar de pasar el fin de semana del 4 de Julio centrado en la reunión de su rival con el FBI, respondió a acusaciones de antisemitismo tras publicar una imagen en la que aparecía Clinton, una estrella de David y dinero en efectivo.
En un acto el martes por la noche, también en Carolina del Norte, Trump hizo continuas referencias a la recomendación del FBI y se burló de Obama y Clinton por actuar ''como un carnaval'', además de abordar otros temas habituales en él.
Si Trump utiliza los correos electrónicos para volver a centrar su campaña, esto podría serle útil ante los republicanos que siguen teniendo dudas sobre respaldar a un nominado cuyas políticas y personalidad encuentran ofensivas.
En lugar de en torno al líder, están unidos en su oposición a Clinton, y la mayoría están motivados principalmente por el deseo de impedir que llegue a la Casa Blanca. Las críticas de Comey no fueron tan directas como les gustaría, pero una vez que se disipe la decepción, podrían encontrar consuelo en esas palabras.