Hace algún tiempo conversaba con mis alumnos respecto de lo importante que son las competencias, incluso por encima de los conocimientos técnicos. En una entrevista laboral, por ejemplo, a nadie le preguntan si llevó tal o cual curso (o con quien lo llevó), o que notas tuvo. Las preguntas son sobre su forma de trabajo, de resolver problemas, de comunicarse, de integrarse a equipos, de solucionar conflictos, etc. Y eso, son competencias.
Recientemente, el Foro Económico Mundial presentó las 10 habilidades que se requieren hoy y en el futuro. Y aunque en la lista solo cambia una de las competencias, prefiero incluir las que son comunes en el 2015 y el 2020 (reconociendo que 9 de ellas se repiten en ambas listas). Insertamos algunas definiciones de las que podrían ser más complejas de entender:
- Resolver problemas complejos
- Pensamiento crítico – supone el analizar, entender, evaluar la forma en que se organizan los conocimientos que buscan interpretar y representar el mundo, particularmente las afirmaciones que en la vida diaria suelen aceptarse como verdaderas.
- Creatividad
- Manejo de personal
- Coordinar con otros
- Inteligencia emocional – habilidad para percibir, asimilar y comprender las emociones propias y también la de los otros, promoviendo en ambos un crecimiento emocional e intelectual.
- Juicio y toma de decisión
- Orientación al servicio – supone el demostrar sensibilidad por las necesidades o exigencias que los clientes externos o internos pueden requerir; lo cual implica una actitud de escuchar permanentemente las necesidades del cliente como parte de un proceso de mejora continua, incorporándolas y comprometiéndose con la calidad y la satisfacción de las necesidades de los clientes.
- Negociación
- Flexibilidad cognitiva (entra en el 2020) – entendida como la capacidad mental para pensar en múltiples conceptos simultáneamente, que permite acceder a la información no en forma secuencial sino desde cualquier punto.
- Escucha activa (estaba en el 2015) – capacidad que muestra que escuchas y entiendes a tu interlocutor (no que escuchas para responder, sino para entender).
El asunto es, ¿dónde aprendemos esto? O quizás, ¿lo aprendemos solos? ¿Cómo podemos mejorar estas competencias en el ámbito en el que nos desarrollemos? Podríamos pensar que el entorno es clave para el desarrollo de ciertas competencias y no de otras. Quizás, pero no siempre. Si usted no tiene gente a su cargo no significa que no pueda desarrollar su competencia de manejo de personal. Si las personas con las que usted interactúa por lo general le escuchan y aceptan sus consejos, soluciones, propuestas, etc., usted está aprendiendo como trabajar con otros. Algo parecido ocurre con la creatividad; muchas veces se le presentan problemas u obstáculos que debe superar. A veces son complejos y por tanto, requieren de una solución innovadora. Si está acostumbrado a interactuar con gente de diferente formación y experiencia laboral, probablemente también ha desarrollado la habilidad para abstraer de una situación, una lección aplicable a otro contexto.
Esos son algunos ejemplos de cómo nuestra vida cotidiana está llena de oportunidades de desarrollar / fortalecer competencias. Pero siempre, lo que tienen a su alrededor y la forma como interactúa con ello es lo que le facilitará o no el desarrollo de competencias.
NOTA: Este es un tema que estamos trabajando con personas que tienen pequeñas empresas. Si cree que hay algo que debe fortalecer, cuéntenos su experiencia.