Sin embargo, ayer alguien me pasó esta nota reciente de La Nación que parece brindar una pista. Los primeros párrafos rezan:
“El 55% de las armas que utilizan quienes cometen delitos tienen los papeles en regla. Así lo confirmó un informe sobre armas de fuego y violencia en Costa Rica. El documento fue entregado por Max Loría, viceministro de Paz (cartera de Justicia), quien se muestra preocupado por la falta de control sobre portación de armas”.
Lo primero que noté es que la estadística ya no es 63%,
como le dijo Loría al
Semanario Universidad, sino 55%. La cosa no queda ahí. Más adelante la nota agrega: “El documento explica, además, que el 77% de los homicidios son cometidos con armas de fuego debidamente matriculadas”.
Hoy procedí a leerme el informe el cual se encuentra disponible en la página del Vice-Ministerio de la Paz. ¡Vaya sorpresa me llevé! En ninguna parte de las 25 páginas del documento aparecen las dos estadísticas que reportó La Nación. Ustedes pueden comprobarlo por cuenta propia descargando el estudio aquí.
El informe sí dice que el 64% de los homicidios ocurridos en el 2009 fueron cometidos con armas de fuego. Pero en ninguna parte dice cuántas de esas armas estaban debidamente inscritas. Como señalé la semana pasada, asumir que todas estaban en regla—incluyendo en aquellos asesinatos relacionados a narcotráfico y sicariato—resulta un atentado a la lógica.
Nuevamente insto por este medio al viceministro Loría a que nos diga de dónde está sacando sus cifras. O en su defecto, que explique por qué le está mintiendo a los costarricenses en un tema tan importante como la seguridad ciudadana.