Uno de los momentos más deprimentes que he visto en esta campaña electoral tuvo lugar anoche cortesía de Otto Guevara en el debate organizado por el Tribunal Supremo de Elecciones. Cuando llegó el momento de plantearle una pregunta a Héctor Monestel, candidato del Partido de los Trabajadores, Guevara se puso su nuevo velo cristiano y aprovechó para lanzarle una indirecta a José María Villalta por su supuesto apoyo al aborto, al matrimonio igualitario y por ser ateo. De respuesta recibió una cátedra de liberalismo nada menos que del candidato comunista.
¡Cómo han cambiado los tiempos! Recuerdo en octubre del 2001 haber acompañado a Guevara a un debate presidencial organizado por la difunta revista Gayness sobre el tema de los derechos de la comunidad LGBT. En dicho foro Guevara destacó por ser el candidato más progresista en la materia, incluso fue el único que apoyó sin condicionantes la idea de uniones civiles de parejas del mismo sexo. Por muchos años el Movimiento Libertario se caracterizó por defender la agenda de los derechos de la comunidad LGTB sin ningún tipo de complejos.
Hoy, sin embargo, Guevara dice haber "madurado". Y con él, todo el partido ha abrazado una agenda conservadora cristiana. No solo fueron diputados libertarios cómplices del entierro del proyecto de sociedades de convivencia en comisión legislativa, sino que ahora Guevara utiliza el tema del matrimonio igualitario, una política liberal en todo su sentido, para atacar al candidato del Frente Amplio. ¿Dónde quedó el principio liberal de igualdad ante la ley? ¿Dónde quedó el principio liberal de la no discriminación por parte del Estado?
El tema del aborto es más complicado, pues nunca ha habido consenso entre libertarios en este tema. Es uno de los asuntos que genera las discusiones más intestinas dentro del movimiento liberal en todo el mundo. Por un lado, hay un amplio sector de liberales que argumentan que la mujer es dueña de su cuerpo y, por ende, tiene la facultad absoluta de acabar con el embarazo en el momento que así lo desee. Tengo muchos colegas, a quienes respeto mucho, que tienen esa posición. Por otra parte, hay un segmento importante de liberales (donde me incluyo) que consideramos que, una vez que el embrión es depositado exitosamente en el útero, estamos ante la presencia de vida humana que como tal debe ser protegida. Nuestro argumento no tiene nada que ver con religión; es filosófico. Ante el conflicto de derechos de la mujer de decidir sobre su propio cuerpo y el del feto (como ser humano) a vivir, creemos que el segundo es el más importante. Es por la misma razón que los liberales nos oponemos a la pena de muerte: la única manera en que se justifica acabar con la vida de otra persona es en defensa propia.
El Movimiento Libertario fue fundado por liberales proaborto y antiaborto. Raúl Costales, quien fuera secretario general del partido por muchos años, es pro-aborto. Guevara siempre ha sido antiaborto (excepto en casos de violación o donde peligre la vida de la madre, me decía). De tal forma que el ML como partido siempre tomó la decisión de respetar esas diferencias internas y no tener una posición única al respecto. Hoy Guevara afirma que todo el partido se inspira en principios cristianos (nótese que ya no son filosóficos) y dice que como tal se opone absolutamente al aborto. De tal forma, Guevara excluye del Movimiento Libertario a muchísimos liberales que opinan lo contrario en este polémico tema.
Pero de los tres cargos levantados contra Villalta el más inaudito y absurdo fue ser ateo. ¿Y qué si lo es? Los liberales respetamos las creencias (o no creencias) de todos los individuos. Más aún, creemos que debe haber una separación absoluta entre fe y política. El Movimiento Libertario siempre apoyó cambiar la constitución política para establecer un Estado laico. Entonces, ¿qué diferencia hace si el candidato del Frente Amplio es ateo o agnóstico? ¿En qué afectaría eso su capacidad de gobernar? De hecho la mayoría de liberales que conozco son ateos o agnósticos. ¿Los denunciaría también Guevara?
Otto Guevara afirma que el cambio en sus posiciones en estos temas se debe a que "ha madurado". Para mí es claro que su conversión a la agenda cristiana es una táctica oportunista para hacerse del voto conservador. Como bien dijo José María Villalta esta mañana en el Café Política de Telenoticias, anoche vimos a Guevara y Carlos Avendaño en una competencia para ver cuál era el más cavernícola en materia de derechos individuales. En lo personal, que Guevara utilizara el tema del matrimonio igualitario y la religión para atacar a otro candidato constituye suficiente cinismo para no votar por él en esta elección. Si "madurar" significa dejar de creer en la igualdad de derechos de las personas, llámese homosexuales, lesbianas, ateos o agnósticos, este liberal espera no "madurar" nunca.
ACLARACIÓN: Fui militante del Movimiento Libertario entre 1998 y 2010. Incluso fui asambleísta nacional de ese partido. Renuncié a la agrupación el 2 de julio del 2010.