El tema de la corrupción se ha vuelto uno de los más importantes en la discusión política nacional. Mucho tiene que ver el hecho de que la administración Chinchilla sea considerada como una de las más corruptas en la historia nacional reciente. Hace unos meses la Fiscalía anunció que no da abasto ante una inusual avalancha de casos de corrupción, y ayer la Contraloría reportó que las denuncias por corrupción han aumentado un 32% en lo que va del año. ¿Qué es lo que está ocurriendo en Costa Rica?
La corrupción no es un fenómeno nacional. Ni siquiera latinoamericano. Basta leer las noticias internacionales para darse cuenta que de Rusia a la India, de Argentina a Burkina Faso, de Italia a Cambodia, la corrupción es un fenómeno generalizado en todo el mundo. Pero sin duda alguna, hay países donde la corrupción predomina más que en otros. De ahí que resulta relevante repasar el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) que publicó la semana pasada Transparencia Internacional. Costa Rica aparece en la posición 48 entre 176 países calificados. Mediocre, pero tampoco desastroso. De hecho en América Latina solo están mejor calificados Chile y Uruguay (ambos en la posición 20). Esto, por supuesto, no quiere decir que Costa Rica tenga con qué rajar, sino más bien habla volúmenes del lamentable estado de la transparencia en el resto de América Latina.
Pero, ¿qué hace que unos países sean más corruptos que otros? Pues a partir del IPC de Transparencia Internacional, podemos hacer un ejercicio interesante comparándolo con el Índice de Libertad Económica (ILE) que todos los años publica el Fraser Institute de Canadá. El ILE mide el grado de intervencionismo del Estado en diversas áreas de la economía: política fiscal, derechos de propiedad, politica monetaria, política comercial y regulaciones. Puede leer la metodología así como acceder a todo el informe del 2011 en español aquí.
Una de las cosas que más me llamó la atención al ver el IPC es que el país con la economía más libre de América Latina (Chile) es también el menos corrupto, mientras que la nación con la economía menos libre (Venezuela) es coincidentemente la más corrupta de la región. Costa Rica se encuentra de 42 en el ILE y de 48 en el IPC. ¿Habrá una relación?
Como podemos ver en el gráfico adjunto, los países que cuentan con mayor libertad económica consistentemente reciben notas más altas en percepción de corrupción, es decir, son las que exhiben mayor transparencia. ¿Debería sorprendernos? En lo absoluto. Aquellos países donde el Estado interviene más activamente en la economía son aquellos donde los políticos y burócratas cuentan con más poder y mayor discrecionalidad. Y como advirtiera Lord Acton en 1887, "El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente".
Si usted para abrir un negocio requiere de 12 permisos, patentes y licencias cuya obtención toma por lo general 60 días hábiles, es muy probable que en dicho proceso alguien le pida una mordida. Si Usted para importar algo debe pagar altos impuestos y llenar múltiples requisitos en la aduana, es muy predecible que ahí alguien le pida una "ayudita". Si Usted tiene un país como el nuestro donde existen 276 instituciones estatales cuyos presupuestos juntos ―con el del gobierno central― equivalen a un 78% del tamaño de la economía nacional, pues resulta lógico que en arca llena hasta el justo peque.
Más Estado implica más poder y discrecionalidad de los políticos y burócratas sobre nuestras vidas. No debemos sorprendernos entonces de que más Estado también conlleve más corrupción. Si queremos un país más transparente y con menos chorizo, debemos empezar por atacar la causa del problema: el abotagado Estado costarricense.