Viernes 13 de mayo del 2016. Después de varios meses de utilizar Uber, decido hacer algunos viajes en taxi para ver cómo marcha este servicio de transporte público...
Primer viaje en taxi del día. 8:00 a.m. Lo abordo en Colima de Tibás y soy recibido con un "buenos días, señor, ¿a dónde puedo servirle?" Respondo el saludo y le pido al chofer que me lleve a las inmediaciones del Hospital de la Mujer; entonces me pregunta si prefiero alguna ruta en particular, le indico una y la toma. Ya en el camino: "Señor, ¿está bien así o quiere que encienda el aire acondicionado? Usted manda".
Segundo viaje. 10:25 a.m. Tomo este taxi a un costado de la estación del Ferrocarril al Pacífico. Le pido al taxista que me lleve a las oficinas de Correos de Costa Rica en Zapote. Durante el recorrido toma al menos un par de atajos permitidos que nos ahorran igual cantidad de presas. Además, en vez de atravesar el vehículo en algunos cruces donde tiene la vía pero no puede avanzar, le cede el espacio a otros carros que sí pueden hacerlo.
Tercer viaje. 11:20 a.m. Correos de Costa Rica en Zapote-Grupo Nación en Llorente de Tibás. Le solicito al chofer bajar el volumen del radio; no solo lo hace, sino que me pregunta si prefiero escuchar alguna otra radioemisora. Le respondo que no, que no estoy de humor para el ruido pues estoy un poco enfermo. De inmediato apagó el radio, me preguntó qué padecía y me recomendó unas cuantas plantas medicinales y cómo prepararlas.
Cuarto viaje. 12:10 pm. Un taxista conocido me lleva hasta el Mercado Central, en donde quedé de verme con mis hermanos. Como siempre ocurre con este señor habitante de Tibás, el taxi limpio, perfume ambiental, "maría" no alterada y conversación amena y respetuosa.
Quinto y último viaje de la jornada. 8:10 p.m. Esta vez el chofer es un anciano de pelo largo. Le pido que paremos un par de minutos en un supermercado y dice: "Tómese todo el tiempo que necesita, que yo estoy para servirle y aquí lo espero". Cuando me ve regresar al carro con varias bolsas se baja, abre la cajuela y me ayuda a acomodar las compras.
Sin duda, un día de suerte para este usuario que ha tenido también pésimas experiencias con otros taxistas, pero también sin duda un efecto positivo de la necesaria competencia de Uber —aunque aún es temprano para cantar victoria—.
Ojalá Uber continúe prestando un buen servicio y ojalá los taxistas sepan reaccionar como sus colegas con quienes viajé el viernes 13 de mayo. La idea es que los usuarios salgamos ganando.