Está cansado de ir al gimnasio y no ver resultados? ¿Quisiera tener más masa muscular más rápidamente? ¿Le gustaría poder entrenar con mayor frecuencia y recuperarse en menos tiempo? ¡Tenemos la solución! Si llama en este momento, le obsequiaremos…
Fácilmente las promesas de los esteroides anabólicos podrían ser anunciadas en un canal de compras telefónicas, junto con los muchos otros productos que garantizan obtener resultados sin tener que dedicarle mucho tiempo o esfuerzo a la tarea que permite conseguirlos.
Sus beneficios en el desarrollo de músculo en menor tiempo ---explican en el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en Estados Unidos (NIDA)--- han sido constatados al tratar afecciones que ocurren cuando el cuerpo produce una cantidad anormalmente baja de testosterona, como el retraso de la pubertad y algunas clases de impotencia, o para contrarrestar el desgaste corporal de los pacientes con SIDA, anemia, atrofia y otras enfermedades que resultan en la pérdida de la masa muscular magra.
Con una agenda cada vez más apretada y con menos tiempo para entrenar, lograr en pocos días, vía pastillas o inyecciones, lo que de otra forma requeriría meses resulta la salida fácil.
Y lo es: al corto plazo, los anabólicos pueden cumplir su promesa en cuanto a hipertrofia muscular, ganancias en fuerza, rápida recuperación, mejoras en el rendimiento y otros.
El problema es que no hay almuerzos –ni músculos—gratis.
El máximo costo
La lista de los efectos nocivos de los anabólicos en la salud es tan grande como las promesas que estas sustancias sintéticas hacen y van desde algo tan superficial como el acné, hasta algo tan irreversible como la muerte producto de un paro cardiaco.
Tumores hepáticos y cáncer, ictericia (pigmentación amarillenta de la piel, los tejidos y los fluidos corporales), retención de líquidos, fallo renal, hipertensión arterial, aumento del LDL (colesterol malo) y disminución del HDL (colesterol bueno) son algunos de los ítems que figuran en la factura que el uso de esteroides anabólicos cobra al organismo.
Además, el NIDA señala otros efectos específicos según el sexo o la edad del usuario:
- Para los hombres—encogimiento de los testículos, recuento reducido de espermatozoides, infertilidad, calvicie, desarrollo de las mamas, y mayor riesgo de cáncer de la próstata, inflamación de los pechos.
- Para las mujeres—crecimiento del vello facial, calvicie de patrón masculino, cambios o cese del ciclo menstrual, aumento en el tamaño del clítoris, y engrosamiento de la voz.
- Para los adolescentes—cese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad. Esto significa que los adolescentes corren el riesgo de tener baja estatura el resto de sus vidas.
Tal vez por eso hay quienes mantienen que otras drogas, como la cocaína, la heroína o el mismo tabaco, son más peligrosas que los esteroides anabólicos.
Aún así, sería ingenuo pensar que no se está arriesgando quien decide hacer la prueba porque, ante cualquier cosa de más que el cuerpo identifique en su sistema, sean orgánica o sintética, provocará una respuesta del organismo y puede que esta no sea la deseada.
La punta del iceberg
Es poco común que una persona decida probar esteroides anabólicos antes de tratar de lograr los mismos resultados por otras vías.
Así, es probable que alguien que llega a este punto ya tenga una dieta desbalanceada, baja en grasa y alta en proteína, con el equívoco propósito de conseguir aumentar la masa muscular y reducir su tejido adiposo.
Entre las repercusiones de una dieta así pueden citarse deficiencia de vitaminas y minerales, caída de pelo, piel seca y áspera, dificultad para mantener la temperatura corporal, problemas cardíacos, irritabilidad, entre otros.
También es común que quienes consumen anabólicos usen otros agentes ergogénicos, como los suplementos nutricionales, los cuales son “contraindicados siempre que el paciente no los amerite, pues no se recomienda introducir algo al organismo si no lo necesita”, dice Catalina Miranda, nutricionista y deportista de alto rendimiento en atletismo y ciclismo.
“Mi teoría es que, para que algo valga la pena, debe costar. Un producto sintético que ofrezca milagros, lo más seguro es que no sea efectivo, y si lo es, tendrá un precio”.
Concuerdo: difícilmente un producto, cual polvo mágico, permitirá conseguir en menos tiempo y con menos esfuerzo lo que les cuesta meses o años de entrenamiento a los deportistas de real, sin cobrar una factura por lograrlo.
No se arriesgue. Ejercítese sin ayudas sintéticas y disfrute cada paso del camino.