El desarrollo de nuevas tecnologías está cambiando el funcionamiento de la economía y tendrá un fuerte impacto en las empresas. Cada día nacen nuevas organizaciones con modelos de negocio disruptivos que, con el uso de tecnología, reconfiguran industrias completas en poco tiempo.
En este contexto, un cambio particularmente importante está relacionado con la destrucción o transformación de ciertas ocupaciones para adaptarse a este entorno en constante transformación.
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Los profesores Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, del MIT, argumentan que vivimos en la segunda era de las máquinas, la cual se manifiesta cuando éstas, a través de la inteligencia artificial, empiezan a hacer el trabajo intelectual de los humanos de forma más eficiente.
Esto ya está sucediendo, se están creando nuevas industrias y modelos de negocio que generarán más prosperidad y cambios profundos en la economía y la sociedad.
Una preocupación particular en este contexto es el de la posible pérdida de puestos de trabajo y el cambio acelerado de ocupaciones tradicionales a otras hoy inexistentes.
Las habilidades necesarias para el éxito profesional cambiarán por lo que será necesario el desarrollo de nuevas habilidades, en este sentido, las mujeres presentarán retos y oportunidades particulares para adaptarse al futuro entorno laboral.
Trato personal
El principal reto para ellas es generar mayores habilidades en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). El Banco Interamericano de Desarrollo estima que los trabajos asociados con disciplinas STEM van a experimentar el mayor crecimiento de ahora al 2030.
Sin embargo, las mujeres tienen sólo el 29% del grupo de habilidades de tecnologías disruptivas que son las asociadas con el desarrollo de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, robótica e ingeniería genética, según el Reporte de Brecha de Género Global 2020 del Foro Económico Mundial.
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Por otro lado, el desarrollo de estas nuevas tecnologías enfatiza la necesidad de que los humanos ocupen posiciones de trato personal, atención al cliente y cuidado de los otros. Habilidades que las máquinas no pueden desarrollar.
Para esto se necesita un estilo de liderazgo comunal que se relaciona con habilidades tradicionalmente femeninas como orientación a la gente, relaciones sociales y preocupación por el otro, como lo afirman las investigadoras Alice Eagly y Linda Carli.
El avance de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial traerá grandes beneficios para la economía, pero también presenta retos muy importantes a nivel social.
Las mujeres en particular tienen la oportunidad de potenciar las habilidades relacionadas con su estilo de liderazgo. Para que logren adaptarse exitosamente al nuevo entorno es necesario que reconozcan la importancia del aprendizaje continuo y la formación de nuevas habilidades.